Sin embargo una desgracia se interpuso nuevamente en su camino para desbaratar los planes que tenía para deshacarse de su particular y desagradable compañera, porque esa misma madrugada cuando solo llevaba un par de horas reposando plácidamente en su alcoba tras varios planes trazados por los enemigos de Francia durante la cruda guerra y tras consabidas dilaciones, la ciudad de París fue bombardeada, y no solo esta, algunas ciudades del norte como la Havra y del este de Toulouse y Marseulle fueron completamente devastadas.
Pues bien, Antonin Prevert, tampoco se libró de la desgracia , uno de los proyectiles fue a parar en la Rue de la Vie y ésta se quedó completamente destruida. No se encontraron supervivientes, ni cadáveres que fueran reconocibles.
La casa de Monsieur Prevert quedó borrada del mapa, del golpe todas sus pertenencias se habia esfumado.
El gran Prevert, que había escrito innumenrables libros ahora descansaba bajo los escombros de la que antaño había sido una de las mejores casas de La Rue de la Vie.
Cuando pasada la guerra los escombros fueron levantados, no se encontró nada, ni su cadáver ni el de sus sirvientes. La única pertenencia que se encontró de Antonin Prevert fue un viejo y desgastado cuadro de una bella mujer, que algunos la reconocieron como su esposa y uno cuantos manuscritos ilegibles, que los operarios tiraron con los escombros.
Los manuscritos y los escombros fueron a parar al Sena. Y se depositaron en el fondo del río para siempre.
Quizás Antonin Prevert sí hubiera sido recordado más allá de ese maldito siglo de guerras.
FIN!
jueves, 12 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 susurros:
¡Qué buena historia! Ya iba siendo hora de que actualizaras xD A ver si lo haces más a menudo...
¡Un besazo, Joi! ^^
Publicar un comentario