Música

domingo, 29 de agosto de 2010

(L)



... Y allí la vio, en la fria y oscura noche, sentada en un banco del parque, el banco estaba iluminado por una farola antigua, quizás tuviera al rededor de medio siglo. la chica sujetaba un libro, pero tenia la vista perdida en alguna parte de las enormes tinieblas en las que estaba sumido el lugar. ella tenía lágrimas en los ojos, unos pequeños hilillos brillantes que él deseo con todas sus fuerzas secar. Poco a poco se fue acercando a ella, paso a paso lenta pero decididamente, finalmente se sentó en el otro extremo del banco, sin saber que decir, sin saber qué hacer, solo contemplarla y mirarla sin parar, y darle gracias a la vida por haberla encontrado, y si, ya que la encontró, en el último sitio que buscó, ya que de no haberla encontrado seguiría buscando. Y eso le hacia inmensamente feliz. ellos jamas se separaron!!
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(L)

martes, 17 de agosto de 2010

Pensamiento nocturto de las 4 a.m





jueves, 12 de agosto de 2010

Ella y mi frustación literaria (6)

Sin embargo una desgracia se interpuso nuevamente en su camino para desbaratar los planes que tenía para deshacarse de su particular y desagradable compañera, porque esa misma madrugada cuando solo llevaba un par de horas reposando plácidamente en su alcoba tras varios planes trazados por los enemigos de Francia durante la cruda guerra y tras consabidas dilaciones, la ciudad de París fue bombardeada, y no solo esta, algunas ciudades del norte como la Havra y del este de Toulouse y Marseulle fueron completamente devastadas.

Pues bien, Antonin Prevert, tampoco se libró de la desgracia , uno de los proyectiles fue a parar en la Rue de la Vie y ésta se quedó completamente destruida. No se encontraron supervivientes, ni cadáveres que fueran reconocibles.

La casa de Monsieur Prevert quedó borrada del mapa, del golpe todas sus pertenencias se habia esfumado.

El gran Prevert, que había escrito innumenrables libros ahora descansaba bajo los escombros de la que antaño había sido una de las mejores casas de La Rue de la Vie.

Cuando pasada la guerra los escombros fueron levantados, no se encontró nada, ni su cadáver ni el de sus sirvientes. La única pertenencia que se encontró de Antonin Prevert fue un viejo y desgastado cuadro de una bella mujer, que algunos la reconocieron como su esposa y uno cuantos manuscritos ilegibles, que los operarios tiraron con los escombros.

Los manuscritos y los escombros fueron a parar al Sena. Y se depositaron en el fondo del río para siempre.

Quizás Antonin Prevert sí hubiera sido recordado más allá de ese maldito siglo de guerras.

FIN!

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